Por Macarena Carroza.
Hace 20 años se inscribió el área histórica de la ciudad puerto de Valparaíso en la lista de Sitio Patrimonio Mundial de la UNESCO, iniciándose un recorrido que ha dejado más aprendizajes que obras que admirar. Frente a esa situación, el Estado de Chile, responsable frente a UNESCO en esta nominación, y el municipio, administrador del sitio, han gestado un punto de inflexión, un cambio de enfoque: tutelar el valor excepcional del sitio con una agenda de desarrollo que mediante acciones, programas y proyectos busque el buen vivir de las personas que habitan y habitarán el sitio, las que trabajan en él y las que lo visitan.
Por eso, en septiembre del año 2022 se crea formalmente la Corporación Municipal para administrar el Sitio Patrimonio. Hasta entonces, lo administraba un departamento municipal que no representaba la gobernanza adecuada para abordar desafíos estructurales de gran escala. La nueva gobernanza, una promesa que data del 2003, se ve cumplida hoy, luego de un camino de entendimiento de voluntades políticas, y de un derrotero técnico de equipos y varios diagnósticos de consenso.
La Corporación cuenta con un directorio integrado por la Subsecretaría de Patrimonio del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, la Municipalidad, el Gobierno Regional con sus dos figuras, la cámara de comercio regional, la academia, a través de la Universidad de Playa Ancha (representando a las otras universidades socias, la Universidad de Valparaíso y la universidad Técnica Federico Santa María), la Unión Comunal de Juntas de Vecinos y Vecinas de Valparaíso (UNCO) y las juntas de vecinos activas ubicadas dentro del polígono UNESCO. Todos ellos han participado de forma activa, colaborativa y comprometida en entender y fortalecer el patrimonio como un bien público. En marzo de este año 2023 se constituyó un equipo técnico con dedicación exclusiva para abordar las iniciativas, programas y proyectos que se han trazado para cumplir el objetivo general del plan de gestión.
El principal desafío ha sido que el Plan de Gestión aborde la obsolescencia económica y social del sitio, a través de un enfoque de regeneración urbana integral. Esa es la estrategia que estamos construyendo para proteger el valor excepcional del sitio, porque debemos aterrizar esta nominación a cambios en la calidad de vida y al desarrollo de estos barrios, un desarrollo que busca no expulsar, sino, por el contrario, retener; un desarrollo que permita una equidad en los usos del espacio público y la accesibilidad de habitar el centro.
Los centros históricos no solo son espacios físicos, sino también espacios sociales, públicos y económicos. El área histórica de la ciudad puerto, en particular, representa un testimonio excepcional de la fase temprana de globalización de avanzado el siglo XIX, cuando Valparaíso se convirtió en el puerto comercial líder de las rutas navieras de la costa del Pacífico de Sudamérica. Los atributos que constituyen ese valor son el patrimonio inmaterial, el patrimonio naval y marítimo, los transportes tradicionales, la arquitectura y traza urbana, que hoy lo consideramos no como una postal estática sino como recursos a fortalecer para la economía del siglo XXI de Valparaíso, una en la que el puerto juega un rol esencial, desde la declaratoria de UNESCO hasta como se configurará su desarrollo, potenciando y cuidando el carácter del área fundacional.
De ese modo, la agenda de la corporación tiene tres grandes líneas de trabajo en una primera etapa:
- La regeneración urbana integral, con el propósito de densificar, rehabilitar y preservar.
- Armonizar la normativa del sitio para así atraer inversión sostenible y crear reglas claras de buen vivir para todos.
- Tutelar los procesos de proyectos detonantes como la expansión portuaria, con el objetivo de que sean proyectos armónicos y que velen por cuidar y potenciar el valor excepcional del sitio.
Sabemos que la percepción de los ciudadanos y la identificación social con este lugar se deberá construir con hechos y no con palabras. Los resultados de nuestro trabajo se irán viendo, el cambio de tendencia no será rápido pero ya iniciamos la tarea con una visión basada en el plan de desarrollo comunal y una ruta trazada que se irá enriqueciendo y consolidando con la activación de los instrumentos y los programas. El estado de conservación del patrimonio en Valparaíso debe superar ser una crónica roja de instrumentalización política, y pasar a ser la oportunidad de cohesión social y motor de desarrollo que es.
Un gran desafío es que el suelo del Sitio Patrimonio es casi en su totalidad de propiedad privada y esos inmuebles y sitios están muy abandonados. Lo que es de propiedad pública ya tiene asociado un proyecto de recuperación, por lo que durante el segundo semestre de este año presentaremos a los propietarios diferentes mecanismos de asesoría y mejoramiento, tanto para aquellos que necesitan claridad para cumplir con lo básico relativo a sus inmuebles para que se reincorporen al paisaje urbano, como para los propietarios y arrendatarios que no cuentan con recursos para reparar sus viviendas.
Junto al Estado, estamos articulando subsidios para las áreas priorizadas, en el marco de los próximos años beneficiando principalmente al barrio puerto fundacional y sus zonas colindantes. En ese proceso, empezamos por abordar las viviendas de los vecinos históricos, porque en la estrategia de densificar, queremos que lleguen nuevos vecinos pero que no se vayan los que le han dado carácter e identidad al corazón histórico de nuestra comuna, donde está un sistema constructivo único en el mundo como es el adobillo, donde están las respuestas, más que los problemas.
Los próximos 20 años del Sitio Patrimonio se han iniciado de otra forma, y estamos seguros que estamos construyendo un futuro mejor, no exentos de dificultades, pero finalmente hemos zarpado a una dirección en la que hay más acuerdos que desacuerdos.